Aprendí
En estos tres años he aprendido a vivir distinto, el miedo y la incertidumbre de la pandemia fueron el detonante de muchas cosas a las que no le había parado bolas y que a veces me hacían pasar malos ratos. La impaciencia por ejemplo era una de ellas y más cuando son cosas que se salen de mi control entonces empecé a trabajar en ello y ahora, la verdad vivo más tranquila porque los demás verán qué hacen. También supe quién sí y quién no, aprendí de prioridades y donde estoy, eso sí que hagan lo que les de la gana pero no con uno, por eso ya no me amargo la vida pues también comprobé que hay lazos que no se rompen por más intentos que haya para acabarse porque son reales. Aprendí, que la lealtad viene con uno, que no se aprende ni tampoco es negociable. Y que a estas alturas de la vida no se ruega tiempo, amor, amistad, bueno nunca debemos rogar por nada porque lo que es llega solito sin forzar. Aprendí también a no dar consejos si no me preguntan, y mucho menos cuando es de algo íntimo